Cuento



 Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno. "El Aleph" (1949), Jorge Luis Borges



Divina Tragedia - Catalina Alarcón

Como saben la divina comedia se llama así porque en un tiempo a las obras con finales felices se les denominaban como comedias, pero como ya sabemos toda historia tiene dos lados y la que contaré yo es el trágico  final de la divinidad de la que hablo Dante, aquellos temas terrenales que mencionó aquel poeta no son más que mentiras. Mi nombre es Catalina, Andrea, Andy, como quieran llamarme, pero más conocida como Beatriz, aquel gran amor que Dante tuvo en su adolescencia, mi muerte fue motivo para que él atravesara todas las barreras de muerte para volver a verme. Algunos que oyeron hablar de mí, piensan que realmente no soy persona y que más bien soy fe, que soy aquel impulso que tuvo Dante a reflexionar para que llevara un consejo a la humanidad.

Y bueno, esta será mi versión de la historia, si Dante pudo contar cosas que vió, yo también lo haré. Para empezar, si, si pude atravesar la muerte, hay algo que me causa risa, y es como Dante pinta un mundo de fe, y cuando él y yo éramos jóvenes él fue quien me hizo perderla, y cuando me comprometi con otro hombre no pude soportar otras manos que no fueran las de él y me suicide. Así que Dante, deja de hablar del infierno como algo ajeno a ti, tu me hiciste pasar por él cuando estuve contigo. Pero bueno, retomando, cuando llegue al infierno noté un aviso que decía: ¡Oh, vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!, si, el mismo que leyó Dante. Me gustó aquella frase, hasta me sentí en casa, yo ya no tenía fe ni esperanza, me sentí tan bien recibida que hasta me llamó la atención recorrer cada círculo del infierno. Conocí a los no bautizados, luego a los lujuriosos, glotones, incluso avaros, herejes y violentos. Fue un recorrido lindo para mi, y me sentí en casa. Dante mencionó como a estas personas las castigaban, como la lluvia ácida les caía encima, como les lanzaban piedras y demás barbaridades, ¿si pueden notar como es de retorcida la mente de Dante? Déjenme contarles que en el infierno todos celebraban, todos disfrutaban, en la tierra siempre los tildaron de malos, de violentos, de ser merecedores de ser quemados en la hoguera solo por existir de una manera distinta a los demás. Aquí en el infierno nadie los juzga más, es lo más hermoso que he visto. Luego por simple curiosidad visité el purgatorio, vi puras almas perdidas que querían cambiar lo que eran solo por ser aceptados y amados por un Dios que les exige cambiar, ¿qué clase de amor te hace cambiar lo que eres? Me entristeció mucho este pedazo, así que visite el paraíso, y aquí pasó mi tragedia, me encontré con Dante, él recuperó la fe al verme y yo la perdí. Si el estaba en el paraíso cualquier persona horrible podría estarlo, y si, mientras recorría el lugar veía como gente que fue muy mala estaba allí, estaban los supuestos sabios, solo porque saben como lavarle el cerebro a las personas es que estan ahi, si, me refiero a los doctores en filosofía y teólogos y demás que ni puedo mencionar. Yo crecí en una familia no creyente y me duele pensar que yo no estaría en el paraíso nada más por jamás haberme bautizado, y no lo haré, sería horrible que para estar en un lugar deba depender de algo más, me quedo mejor en el infierno. En ese momento decidí desaparecerme en la nada directo al infierno y Dante pensó que yo era una iluminación de fe para él y bueno, las patrañas que contó cuando volvió a la tierra ustedes ya las conocen. Así termina mi divina tragedia, supongo que esto es una tragedia para quien escuchara mi historia, pero lo siento, no les traigo algo inspirador para que tengan fe, para que tengan pensamientos racionales o piensen en virtudes, al contrario, quiero que entren al infierno y pierdan toda esperanza en el mundo y en Dios.

Comentarios

  1. Me parece que has logrado una magnífica reflexión; no obstante, lo único cierto que tenemos los seres humanos es la muerte y, con infinito respeto te digo que, por más dura que sea una historia, quien se priva de Dios, jamás tendrá la oportunidad de vivir a plenitud sus anhelos. Después de haber superado un infarto masivo y tres paros cardíacos en menos de 40 horas, sé muy bien de lo que te estoy hablando. Además, el momento de la muerte es el instante eterno de la plena Libertad; ahí te das cuenta que tú no eres libre porque te pareció ser libre: eres libre porque hubo Alguien que te dio como regalo la Libertad, tanto así que naciste desnuda, sin propiedades ni nada parecido, abierta a la aventura máxima: la vida. Gracias por tu entrada sobre el Dante, por honesta y profunda.

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